“Diseña, con mirada propia, el logo del Ateneo de Las Palmas”
En el año 2022, llega a mi conocimiento la convocatoria de un concurso abierto para rediseñar la identidad visual del Ateneo de Las Palmas, una institución con una profunda tradición cultural. Al leer la premisa —“Diseña, con mirada propia, el logo del Ateneo”— supe al instante que debía presentarme. No lo dudé ni un segundo. Era una oportunidad perfecta para fusionar mi visión contemporánea del diseño con el respeto por la historia y los valores que esta entidad representa.
Desde el primer momento, enfoqué el trabajo con una idea clara: crear una imagen que transmitiese modernidad, elegancia y, sobre todo, un fuerte arraigo cultural. Tras un proceso de investigación en profundidad y varias propuestas descartadas, finalmente llegué a una versión con la que me sentí verdaderamente identificado. Era una síntesis visual que reunía los elementos simbólicos de la institución y a la vez aportaba frescura. Envié la propuesta con ilusión, sin imaginar la sorpresa que me esperaba: resulté ganador del concurso.
A partir de ese momento se inició una estrecha colaboración con los responsables del Ateneo. Aunque se realizaron algunos ajustes para adaptar el diseño a las necesidades específicas de la entidad, la propuesta base fue muy bien recibida y prácticamente no sufrió modificaciones estructurales. Esta buena sintonía dio pie a una relación profesional que pronto se volvió más cercana: primero, me ofrecieron continuar como diseñador gráfico habitual del Ateneo; más adelante, me propusieron formar parte de la junta directiva, una responsabilidad que acepté con entusiasmo.
Desde entonces, he tenido la fortuna de participar activamente en el desarrollo visual de la marca y en la consolidación de su presencia institucional. A lo largo de casi dos años, hemos construido una imagen coherente, fuerte y reconocible, que refleja el carácter plural, cultural y abierto del Ateneo.
Imagen resumen presentada en la propuesta de marca.
La imagen de marca parte de una construcción visual sencilla, pero con un fuerte componente simbólico y técnico. Está compuesto por tres elementos que dialogan entre sí dentro de un mismo espacio: el espacio del conocimiento. A pesar de su apariencia minimalista, el desarrollo del símbolo implicó una geometrización precisa de cada parte, especialmente del árbol, que se convierte en el eje central de la identidad.
La imagen de marca parte de una construcción visual sencilla, pero con un fuerte componente simbólico y técnico. Está compuesto por tres elementos que dialogan entre sí dentro de un mismo espacio: el espacio del conocimiento. A pesar de su apariencia minimalista, el desarrollo del símbolo implicó una geometrización precisa de cada parte, especialmente del árbol, que se convierte en el eje central de la identidad.
Este árbol se inspira en elementos profundamente vinculados a la figura mitológica de la diosa Atenea, protectora de las artes, la sabiduría y la civilización en la antigua Grecia:
Este árbol se inspira en elementos profundamente vinculados a la figura mitológica de la diosa Atenea, protectora de las artes, la sabiduría y la civilización en la antigua Grecia:
El olivo, símbolo de paz, longevidad y sabiduría. La leyenda cuenta que fue un regalo de Atenea al pueblo griego, convirtiéndose así en protectora de la ciudad de Atenas.
El mochuelo, el ave que acompañaba a la diosa, símbolo universal del conocimiento y la reflexión.
Ambos elementos se funden en un mismo ícono, representando el carácter cultural y educativo del Ateneo, su conexión con el pensamiento crítico y su vocación como espacio de encuentro.
El olivo, símbolo de paz, longevidad y sabiduría. La leyenda cuenta que fue un regalo de Atenea al pueblo griego, convirtiéndose así en protectora de la ciudad de Atenas.
El mochuelo, el ave que acompañaba a la diosa, símbolo universal del conocimiento y la reflexión.
Ambos elementos se funden en un mismo ícono, representando el carácter cultural y educativo del Ateneo, su conexión con el pensamiento crítico y su vocación como espacio de encuentro.
En este apartado englobamos dos tonos de azul: el principal, alineado con el valor primordial, y el secundario, un tono más brillante que complementa con su psicología.
La paleta cromática fue cuidadosamente seleccionada para transmitir los valores de la marca:
Azul principal: elegante, institucional, transmite confianza y profundidad. Refuerza el compromiso con el conocimiento y la tradición.
Azul secundario: más brillante, introduce un punto de dinamismo y frescura que conecta con la renovación de la institución.
Color neutro: pensado para fondos y aplicaciones decorativas, mantiene la sobriedad y permite destacar el contenido sin estridencias.
Color de contraste: potente visualmente, se emplea en detalles o llamadas a la acción para resaltar elementos de carácter social o participativo.
Esta gama, en conjunto, busca el equilibrio entre la solidez institucional y la energía de la vida cultural activa.
Color neutro para fondos o contraste sobre fondos oscuros. Siempre que sea posible, se usará como fondo en las páginas o como color predominante en elementos decorativos que no necesitan destacar.
Color de contraste con gran potencial. Haremos uso de las sensaciones que despierta para llamar la atención, por su potencia visual, y fomentar las actividades sociales.
Sus aplicaciones generales serán elementos no destacables, pero con necesidad de ser diferenciados.
Colores predominantes, se usarán con prioridad antes que otros.
Colores secundarios, para usos concretos
Desde el diseño del logotipo, he sido el responsable de la mayor parte de la producción gráfica del Ateneo de Las Palmas. Esto incluye la cartelería de los eventos, ciclos de conferencias, talleres, exposiciones y actividades culturales de todo tipo, tanto en formato digital como impreso.
Cada pieza se diseña siguiendo las pautas gráficas establecidas, manteniendo coherencia con la identidad visual general, pero a la vez adaptándose a las características propias de cada evento. Esta flexibilidad ha permitido crear una línea gráfica fácilmente reconocible, que refuerza la imagen del Ateneo como un referente cultural renovado en Las Palmas.
Este proyecto no solo significó un hito profesional por haber ganado un concurso de identidad institucional. Supuso también una experiencia profundamente enriquecedora en lo personal: formar parte de una comunidad que apuesta por el pensamiento, la creatividad y la cultura, y contribuir desde el diseño gráfico a fortalecer su mensaje y su presencia en la sociedad.
Diseñar para el Ateneo de Las Palmas ha sido, y sigue siendo, una de las experiencias más gratificantes de mi trayectoria.