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TFM – Rodrigonsa

La última asignatura del Máster en Marketing, Publicidad y Comunicación fue, como no podía ser de otra manera, el Trabajo Fin de Máster (TFM). Este proyecto final consistía en la elaboración de un plan de marketing completo y realista para una empresa local, con todas las fases necesarias: investigación, diagnóstico, estrategia, creatividad, planificación y propuesta de acción.

En nuestro caso, la empresa que nos fue asignada fue Rodrigonsa, una compañía con más de 80 años de trayectoria en el sector alimentario, y con un profundo arraigo en Canarias. Rodrigonsa se dedica al envasado y distribución de productos alimentarios, destacando especialmente en embutidos y lácteos. Sin embargo, el enfoque concreto del trabajo estaba centrado en una de sus marcas más reconocidas: La Irlandesa, y en particular, en el lanzamiento de una nueva línea de productos: las mantequillas “Sabores del Mundo”, una gama pensada para ampliar el consumo de mantequilla más allá del uso tradicional, incorporando sabores internacionales. Estos productos ya se encuentran distribuidos en gran parte de los supermercados de las islas.

Nada más comenzar el proyecto, nos encontramos con una situación bastante común en muchas empresas locales con larga trayectoria: la ausencia total de un manual de identidad o de cualquier documento que recogiera aspectos básicos de la comunicación de marca. No había directrices gráficas, ni tono de voz definido, ni posicionamiento claro, ni siquiera un planteamiento formal de misión, visión o valores. Así que, antes de empezar a construir el plan de marketing en sí, decidimos retroceder un paso (o varios) para poder avanzar con una base sólida.

Redactamos, entonces, una serie de principios que iban a ser la columna vertebral de todo el desarrollo posterior:

  • Misión: proveer a los consumidores de productos de la mayor calidad posible, manteniendo una excelente relación calidad-precio.

  • Visión: ampliar la presencia de la marca a nivel nacional, sin perder la esencia canaria que la caracteriza, y que es uno de sus principales valores diferenciales.

  • Valores: tradición, compromiso con lo local, honestidad y frescura (tanto en el producto como en la forma de comunicarse).

Si bien el encargo original se centraba únicamente en promocionar el lanzamiento de la nueva gama de mantequillas de sabores, durante la fase de análisis detectamos múltiples áreas de mejora que, aunque no formaban parte del briefing inicial, decidimos abordar con propuestas adicionales. Entendimos que, para que esa campaña tuviera verdadero impacto y eficacia, era necesario hacer una reestructuración más integral en la empresa.

Sabíamos que nuestra propuesta extra escapaba del presupuesto, del tiempo disponible y, posiblemente, de la voluntad inicial del cliente. Pero, aun así, nos pareció imprescindible plantearlo. Sentíamos que, si no lo hacíamos, estábamos dejando el trabajo a medias. Así que, junto al plan de marketing para la campaña concreta, entregamos también un documento anexo con observaciones y sugerencias estratégicas para fortalecer el conjunto de la marca.

Entre los aspectos clave que consideramos susceptibles de mejora destacaban:

  • Una actualización y cohesión de la imagen de marca, ya que los elementos actuales se percibían como desfasados y poco coherentes entre sí.

  • Una redefinición del público objetivo, con una segmentación más clara y acorde con el producto y el contexto actual.

  • Una renovación de la imagen de producto, que incluyera desde los envases hasta el tono publicitario.

  • Y por supuesto, una revisión profunda de la comunicación externa e interna, para asegurar que lo que se transmite fuera esté en sintonía con lo que sucede dentro.

En definitiva, fue una experiencia muy completa y enriquecedora. Pudimos aplicar todos los conocimientos adquiridos a lo largo del máster en un caso real, con retos reales, y sobre todo, con la oportunidad de generar un impacto positivo más allá de lo solicitado.

Uno de los aspectos que más destaco de este proyecto es el estilo general de la maquetación que seguimos para toda la presentación, ya que creo que conseguimos transmitir una imagen clara, ordenada y muy profesional. Sin embargo, si tuviera que centrarme en algo concreto, me quedaría con el estilo de las gráficas. No solo cumplen su función de mostrar los datos y resultados de forma comprensible, sino que están diseñadas con una intención estética muy clara: hacer que la lectura y el análisis sean lo más fluidos y agradables posible.

Gracias al uso de degradados suaves, paletas de colores cálidas y bien contrastadas, logramos un conjunto visual armonioso que guía al lector sin abrumarlo. Los tonos elegidos no solo funcionan bien entre sí, sino que también refuerzan los valores de la marca: frescura, cercanía y modernidad. En ningún momento se recarga la información ni se satura el diseño, lo que permite que incluso los bloques más densos se lean con facilidad.

Otro de los puntos fuertes es, sin duda, el rediseño de marca que propusimos. Aunque sabíamos que el alcance del trabajo no incluía una reestructuración completa de la imagen corporativa, nos pareció importante sugerir una evolución visual más coherente con el nuevo enfoque de la empresa y con las líneas estratégicas que planteamos. Así que nos animamos a desarrollar una propuesta visual que, manteniendo ciertos elementos tradicionales, aportara un aire mucho más fresco y actual.

Rediseño de marca propuesto.

Dentro de esta propuesta de rediseño, trabajamos en todos los elementos de estilo: tipografías más modernas, sistemas cromáticos adaptables, elementos gráficos que dialogaran con el packaging y los valores diferenciales de la gama de mantequillas “Sabores del Mundo”. También planteamos cómo debía trasladarse esta nueva identidad a los distintos formatos: desde la papelería hasta redes sociales, pasando por la presentación del producto en el lineal.

Rediseño de la imagen del packaging.

En definitiva, quisimos que cada parte del proyecto, desde el análisis de situación hasta la parte más visual, hablara el mismo lenguaje y transmitiera una misma intención: que Rodrigonsa no solo se adaptara al presente, sino que se posicionara como una marca local fuerte, moderna y con una personalidad propia.

A continuación, comparto la memoria completa del proyecto, donde podrán profundizar en todo el desarrollo de la propuesta.