Otra ilustración relacionada con el universo de World of Warcraft, o mejor dicho, con Warcraft: La Película. A finales de 2015 comenzó la promoción oficial del largometraje, y con ella, la publicación de sus primeros carteles promocionales. Fue un momento emocionante para quienes llevábamos años inmersos en este mundo. Finalmente, en 2016, tras varios retrasos y una gran expectación, se estrenó la primera —y hasta ahora única— adaptación cinematográfica de esta icónica saga de videojuegos. Como parte de un ejercicio personal y homenaje a la película, decidí recrear dos de sus carteles promocionales. Esta ilustración corresponde a uno de ellos: el Martillo del Destino de Thrall, un arma legendaria profundamente simbólica para la Horda.
Version original del póster.
El Martillo del Destino, más allá de su impresionante diseño, está cargado de historia dentro del universo Warcraft. Originalmente perteneció a un gran líder orco del Clan Roca Negra. Más tarde fue empuñado por Orgrim Doomhammer, quien lo utilizó durante la Primera y Segunda Guerra contra la Alianza. Tras su muerte, el martillo pasó a manos de Thrall, uno de los personajes más representativos de la saga, quien lo adoptó como su arma principal. Este objeto no solo representa fuerza bruta, sino también tradición, justicia y liderazgo. Su presencia en el cartel es, por tanto, un símbolo de todo lo que la Horda significa.
Inicio en el proceso de coloreado. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
En mi versión, tomé una pequeña libertad creativa: decidí cambiar la posición original del martillo. ¿La razón? Han pasado casi diez años desde que hice esta ilustración, así que no lo recuerdo con certeza, pero creo que lo hice para darle más estabilidad a la composición y reforzar la sensación de peso. En una de las primeras imágenes del proceso, puede verse el inicio del trabajo con color, donde empiezo a dar textura a la piedra y al metal. Aunque la paleta cromática es bastante uniforme —los colores de la piedra, el metal y la empuñadura son muy similares—, la clave de esta obra está en las texturas. La riqueza visual se consigue a través del contraste entre luces y sombras, que ayudan a distinguir materiales y volúmenes a pesar de la similitud cromática.
Avance en el coloreado, se puede ver como voy añadiendo en los bordes las luces y las sombras para ir creando el contorno general. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
Durante todo el proceso trabajé con la imagen original a un lado como referencia. Esto me permitió ubicar con precisión los detalles, pero al haber cambiado la orientación del martillo, también tuve que ajustar la iluminación. Por tanto, el claroscuro que se ve no es una copia exacta, sino una interpretación en la que fui añadiendo mi propio criterio.
Proceso del coloreado con la imagen original como referencia. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
La parte más compleja del dibujo fue, sin duda, la cabeza del martillo. Por la cantidad de texturas y planos superpuestos, exigía mucha atención.
Cabeza del martillo terminada, comienza el coloreado del mago. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
Sin embargo, el mango resultó más sencillo y rápido de completar, ya que está compuesto por una secuencia de materiales que se suceden uno tras otro de manera más uniforme.
Parte del mango coloreado y más detalles en la cabeza. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
Este trabajo estaba pensado para ser expuesto junto con su contraparte: la versión correspondiente a la Alianza. Lamentablemente, esa ilustración se perdió en alguna mudanza, y aunque siempre me queda la espinita de no haber podido conservarla, me alegra al menos tener esta pieza como recuerdo de aquella etapa y de un proyecto que, para mí, fue muy especial. A continuación pueden ver el resultado final, una obra que mezcla el respeto por el original con una interpretación personal desde el dibujo y el color.
Obra terminada. Agosto de 2015, foto realizada con un iPhone 6.
